Los días cortos y las noches muy largas.
Así ha sido, de pronto una gigantesca ola se ha llevado el verano y ha traído el invierno. Y un gnomo de los bosques ha secuestrado el otoño, lo tiene retenido, y a ¿cambio de qué?.
¿Cómo sé que ha sido un gnomo?
No lo sé.
Imagino que ha sido una criatura fantástica y superior, un ser dotado de la sensibilidad necesaria para darnos un "toque", una advertencia.
Vosotros estáis destrozando el planeta y yo os aviso antes de que sea demasiado tarde.
La NATURALEZA no cesa de perseguirnos con su absoluto poder y nosotros, simples mortales, no le prestamos atención, pese a su insistencia.
Para el día de los muertos vamos a hacer una gran fiesta, hemos adquirido costumbres de otros lugares y las sumamos a las nuestras. Nos lo pasamos en grande entre castañas y disfraces horripilantes. Para el día de todos los santos unos iremos de compras mientras otros visitan cargados con flores las tumbas en los cementerios.
La ola se lleva el calor y nos trae la nieve.
Y a mí me ha pillado sin cambiar la ropa del armario, sin sacar las botas de borreguito.
¿Cómo harán los chinos que lo tienen todo siempre a punto? ¿No duermen?
Como ajedrecistas bien entrenados, se adelantan y te lo ponen delante para que piques.
Y picamos el anzuelo aún sabiendo que es una trampa forjada en la gran fábrica del mundo, ése que nos estamos cargando y que este año se ha quedado sin otoño.



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