Si se supone que las vacaciones son para relajarse, se supone mal. La mayoría de la gente está deseando volver a la rutina y dejar de aguantar a la familia y a la sombrilla. Si dejas por un momento de mirarte el ombligo y observas a los que te rodean, te das cuenta de las caras largas que hay detrás de la sonrisa y el postureo.
Todo el año deseando que llegue el verano para sudar y discutir. Los sumamente previsores ya reservan de un año para otro y se olvidan.
En mi caso ha sido el recorrido lo que me ha provocado el berrinche. Si no le hubiera o hubiese hecho caso a mi "compañero de viaje" y no hubiéramos o hubiésemos regresado de Galicia por el interior de España ...
Y para remate llegamos a la ciudad de Barcelona y nos encontramos con este clima fastidioso que sigue fastidiando. Este bochorno insufrible.
El viaje de vuelta me ha sentado fatal, ya me imaginaba que costaría pero no tanto. Faltaban pocos kilómetros y me puse mala, mental y físicamente.
Casi siempre que nos pasa algo buscamos la causa, ¡no!, buscamos al culpable. Necesitamos saber quién o qué, por qué.
Ha sido fácil en esta ocasión, brillaba por su presencia no era mi marido, por supuesto que no.
La culpa es de este calor tan sofocante y angustioso. El sol me persiguió todo el camino y se vengó de mí. Tantas horas de coche tantas de rayos atravesando el cristal, hasta el punto de no apreciar el aire acondicionado funcionando a toda pastilla. Todo mi pasado abusando de él y ahora me escondo en la sombra.
El verano que viene me planteo pasarlo en Alaska. Lástima que no disponga de cash, de momento. Soñaré.
Los hilos han paseado por el norte, pero los pobres han salido poco, no he tenido ni tiempo ni ganas de darle a la aguja. Los pasatiempos han sido los protagonistas y el libro ya me lo he acabado.
Conclusiones:
- Informarte es fundamental, cuando viajas la improvisación debe ser mínima.
Tengo más pero no quiero aburriros.
La desgana me abruma, la vuelta al cole me da pereza, más que nunca.
NOTA IMPORTANTÍSIMA: por si a alguien le ha quedado la mínima duda, viajo con mi marido, los dos sólos, y los días de vacaciones han sido fantásticos, nos llevamos genial y gracias a su brillante idea ahora conozco León y Zaragoza, dos ciudades con genio, no vayáis ni en verano ni en invierno.
Este año hemos hecho una excepción, vinieron mi hija y su novio y estuvimos dos días y medio con ellos, pasamos la prueba, estuvo bien. Pero fue la medida de tiempo justa.
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